martes, 19 de julio de 2011

Ya no escribo nada

Es una realidad. La cruda realidad. La triste realidad. Contrastada. Mi deslumbrante ingenio se ha apagado. Es un faro sin luces. Una cerilla sin fósforo. Un led sin zepelín. Estoy en un periodo tan decadente, creativamente hablando, que no entiendo como Antena3 no hace una maratón inmediatamente para solucionarlo. Ya no quedan mecenas en este mundo de subcultura y Phoskitos integrales. Desengañémonos. Estamos en un túnel sin salida. Y mi oscuridad mental ensombrece a toda la humanidad. Darth Vader ha ganado. Y así van las cosas...

Analicemos el por qué de esta situación tan inquietante. Probablemente, todo se deba a mi formación implícitamente religiosa. Eso siempre me ha provocado una cierta dejadez para las relaciones con las personas. Por ejemplo, cuando ya tenía consolidada una bonita relación con Letra, conocí a Imagen. Y la bigamia no está permitida dentro de mis cánones éticos, por no hablar de mi triste economía doméstica. Ni la trigamia, por supuesto, esa arma que carga el mismísimo Diablo y que si está desorganizada puede dejarte el colon irritable el resto de tus días. Por cierto, una reflexión a destiempo, siempre he pensado que ponerle el nombre de un gran descubridor de nuevos continentes a una víscera con forma de tubo por donde pasa la mierda constantemente es algo desagradable y poco agradecido. Seguro que fue algún Sioux. Para finalizar este párrafo que se está alargando innecesariamente, comentar que acostarme con todos los componentes del grupo musical Parchís es una quimera imposible.

Físicamente la cosa tampoco va bien. Para escribir es importante tener unos bíceps como Penelope Cruz, aunque siempre depende del tamaño del bolígrafo. Yo tuve uno de cuatro colores. Me gustaba poseer semejante ejemplar. Molaba mucho. Un día vino uno de clase con un bolígrafo de doce colores. Para escribir una redacción necesitaba sus dos manos y una polea. Cómo fardaba el hijo de puta. Si no fuera porque yo hubiera necesitado una grúa hidráulica para manejarlo se lo hubiera metido por el culo. Pero volvamos al presente. La buena noticia es que he dejado de perder kilos, lo cual siempre es de agradecer salvo que seas una inmensa bola de grasa. Pero sigo teniendo más eructos por día que la población entera de Somalia. Y eso que mi nuevo e inseparable amigo Omeprazol me ha quitado la extraña sensación de tener el estómago atravesado por una bayoneta (no confundir con ningún trapo de cocina).

Ayer estuve viendo el Xerez-Barça. Eso me quita tiempo creativo y me transforma en un auténtico estúpido durante 90 minutos. Con la bufanda puesta aunque estemos a 35 grados. Me ha quedado el mismo ancho de cuello que Piolin. La primera parte fue espeluznante (espero que “espeluznante” signifique algo mucho peor que “un enorme montón de mierda”). La segunda parte fue el paradigma del espacio tiempo. Minuto 1, gol de Henry. Luego, muchos minutos juntos, agolpados como sardinas en una jodida lata temporal y una colección de contraataques de los jugadores del Xerez, parodiando a la perfección la forma de correr, y rematar de cabeza, de una gallina decapitada. Un lujazo para los sentidos. Minuto 45, golazo de Ibra. Lo celebré con tanta pasión que esta mañana, desayunando y hablando del tema, Núria me ha dicho que pensaba que habían empatado a cero. Me hago tan mayor...

Hoy al mediodía he pensado en el Descuartizador de Boston (no confundir con Larry Bird). Me ha venido a la cabeza en la Diagonal de Barcelona, lo que no ofrece ninguna garantía de veracidad, al igual que Rajoy o cualquiera de los imbéciles que nos gobierna o trata de hacerlo. He viajado al pasado, al centro de su niñez. Me ha parecido ver a un crio de Boston atormentado por una infancia repleta de puzzles. Al 99 por ciento de los niños no nos gustan los puzzles. Y he especulado gratuitamente, y en contra de los intereses de la industria puzzlera mundial, en los perniciosos efectos secundarios de este engendro didáctico en un periodo tan delicado como la infancia. Glups... Ahora que lo pienso, espero que mi hermana no tenga ningún proyecto de puzzles entre manos...

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