miércoles, 20 de julio de 2011

Una salida difícil

Los caminos del Señor son inescrutables. Soy un tipo exigente con casi todo lo que hago, exceptuando el sexo. Eso me provoca cierta incertidumbre que no puede ser buena para la salud. La mía, concretamente. Y participar en este maravilloso prostíbulo semántico que ha creado el Señor Jones me la pone morcillona. Porque, después de los últimos movimientos del Destino, la situación es graciosa de cojones, creedme…

Toda la semana he estado dándole vueltas a la historia con la que iba a participar en el primer FDL. Bueno, también he tenido tiempo de reunirme un poco con gente humana de diversa índole, preparar largos y aburridos documentos en Word, jugar al Señor de los Anillos con mi hijo y tener sexo de calidad en repetidas ocasiones. La calidad no la pongo yo. Pero no quisiera justificarme antes de empezar, así que vayamos al grano…

Esta mañana de Domingo me he concedido un tiempo (llamémosle X-1) para escribir Una historia de mierda. Le he puesto amor y cariño en cada puta frase que ya estaba pensada desde hace por lo menos seis jodidos días. He repasado el texto. Lo he tuneado. Lo he mejorado. Ha evolucionado conmigo y hasta hemos pensado en tener hijos. O hojas. Preferiblemente en Din A4. El caso es que, una vez terminado, se lo he dado a leer a mi otra mitad…

El silencio es una mala cosa. Y cuando escribes algo pretenciosamente gracioso y la respuesta es el silencio, entiendes a los suicidas del romanticismo. En el fondo, lo que me pasa es eso. Soy un jodido romántico. Y tengo sensibilidad. Y piel. Y escarpias. Y su cara era un poema aunque mi relato era prosa pura. Esperaba otra cosa, me dice sincera. Esperaba otra cosa. Tú escribes mejor, rubrica. Eso significa que mi historia es una auténtica mierda y que hace honor a su título.

Así que llevo toda la tarde dándole vueltas a otra historia. Es tan chula. Seguro que ganaría el primer premio con cien mil puntos. Pero he tenido que preparar tres liquidaciones económicas de tres jodidas subvenciones para la asociación en la que trabajaré hasta marzo. Y encima he tenido la feliz idea de ir siguiendo al Barça por Internet. Ser del Barça es mucho más jodido de lo que la gente se cree. Es como un estigma. De los de Sherlock Holmes pero sin solución. Total, que no me he podido concentrar en mi bonito relato y lo único que espero es que los números me hayan salido mejor que a Guardiola…

Y aquí estoy. Jodido. Vencido. Deprimido. Eso sí, he cenado de puta madre. Una ensalada de rúcula, tomate y queso fresco y otra de piña con una salsa vinagreta que lo flipas. Tengo una buena cocinera. Y a las penas, habichuelas, ¿no?. Pues eso. Que aquí sigo. Tratando de escribir alguna cosa sobre una salida difícil. Que lo está siendo, Señor Jones, lo está siendo. Me está costando un huevo salir, ¿eh? ¿Dónde está mi inspiración? ¿Por qué algunos días parece como si tuviera el cerebro de una ameba? ¿Una salida dificil podría ser el relato social de una ninfómana con problemas? ¿Realmente alguien puede creerse la estúpida teoría del Big Bang? Una salida dificil… pues sí.

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