Algunas veces las palabras acuden solas a mi mente. Hoy no es ninguno de esos días. Tengo el famoso síndrome post-vacacional instalado en el cerebelo. No tengo putas ganas de hacer nada. Y sin embargo… te quiero. He estado en La Rioja y en la isla de Mallorca. He catalogado mis vacaciones de muy buenas, con momentos excepcionales. La vida es sueño, dijo Calderón de la Barca. Yo lo constato. Me muero por una siesta imposible a las 7 de la tarde.
Todas estas reflexiones, que algún día estudiaran un montón de imbéciles en alguna universidad norteamericana de filosofía hispánica, son el resultado de la humillante vuelta a la absurda normalidad. En momentos como este, me gustaría ser como Mick Jagger pero doscientos años más joven.
Os colgaré una foto mía tomando el sol. Advierto a las chicas que la visión de la misma induce al enamoramiento instantáneo y ya estoy casado. Recomiendo verla con un filtro solar o, en su defecto, con una paella para vitrocerámica. El pelo del pecho es natural, nada de injertos. Debo decir en mi defensa que en el momento exacto de la foto, estaba imitando a todos aquellos que mueren tras la visita de la niña de la película The Ring. Por cierto, y ya puestos, os mandaré una foto espeluznante de la niña y su primo saliendo de la piscina. Estáis jodidos. He volvido. Por cierto… por dónde se va a Albanta?
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